jueves, 5 de julio de 2012

PAMPLONA Y SAN FERMÍN


La tranquila Pamplona mañana estará a rebotar de gente eufórica esperando que den comienzo las fiestas en honor a San Fermín, se celebran cada año entre los días 6 y 14 de julio. Cada 6 de julio a las 12 horas, el chupinazo marca el inicio de las fiestas de los San fermines desde el balcón del ayuntamiento de Pamplona y la euforia colectiva se apodera de la ciudad. Y finalizan el sábado 14 de julio cantando el pobre de mí a las 12 de la noche.  
Según la tradición, San Fermín fue el primer obispo de Pamplona, aunque su culto no consta documentalmente hasta el siglo XII, importado de Amiens en cuyas letanías figuraba desde el siglo XIII. Actualmente es co-patrón de Navarra junto a San Francisco Javier y patrón de la cofradías de boteros, vinateros y panaderos. 
San Fermín es un intocable dentro de la sociedad navarra, y no faltan razones para ello. Pero aquí convendría hacerse una pregunta:¿sabemos realmente quién fue San Fermín?
Habrá que remontarse a la época romana, cuando Pamplona aún era conocida como Pompaelo. Allá por el siglo III, su padre, el senador Firmo, gobernaba Pamplona. San Honesto llegó predicando a la ciudad y los padres de Fermín, que eran paganos, acogieron la fe, aunque no fue hasta haber oído a San Saturnino de Tolosa cuando se convirtieron definitivamente. Se dice que el santo bautizó a Fermín en el lugar conocido como el pocico de San Cernin.
A partir de entonces, Fermín empezó a hacer carrera en la religión. Guiado por Honesto, fue aprendiendo sobre la religión y el arte de predicar, hasta que con 18 años fue llevado a Tolosa, donde fue ordenado sacerdote. Como debe ser teniendo en cuenta que era navarro, Fermín era un crack, y tras pasar seis años predicando y divulgando su mensaje por Navarra y sobre todo en Francia, se convirtió en obispo con tan sólo 24 años. Pero tarde o temprano, su oposición oficial al cristianismo le empezó a causar problemas, y fue encarcelado. Allí, con 31 años, Fermín se negó a dejar de predicar y tras esto, fue decapitado. 
Se dice que el pañuelico de San Fermín es rojo para simbolizar la sangre del Santo. Ahora cada vez que nos anudemos al cuello, o cada vez que brindemos con champán en el chupinazo, o cada vez que oigamos a los mozos cantar al Santo antes de un encierro, podremos entender un poco mejor cuál es la figura de Fermín y por que merece estos 7 días de fiesta en su honor.
INFORMATIVO SACADO DEL DIARIO DE NAVARRA.

2 comentarios:

María dijo...

Que maravillosas fiestas, me encantaria conocerlas, a ver si algun año puedo visitar esa preciosa ciudad, tus fotos preciosas. Un beso muy grande amiga

Doris mis cosillas dijo...

Una fiesta muy mayoritaria que nos sube la adrenalina a tope, pero la cual no conozco ya que soy antitaurina.Besos cielo